La mediación Familiar es un procedimiento voluntario, sin embargo, algunas materias la ley exige someterse a mediación obligatoria, en forma previa a presentar una demanda ante los Tribunales de Justicia.
Sin embargo, a la pregunta ¿Por que debo mediar? podemos dar diversas respuestas:
a) Conversando se solucionan los problemas, y con la ayuda del mediador, el cual es alguien ajeno al problema, se puede lograr bajar la tensión de la situación que genera un conflicto entre las partes.
b) Al estar en una oficina, conversando, hay mayores posibilidades de llegar a un acuerdo entre las partes, es decir, primero escuchamos la petición de quien pide la mediación, después escuchamos la respuesta a esa petición, y posteriormente tratamos de equilibrar ambas posturas para lograr lo mejor para ambos, lo cual se da en un ambiente mucho más relajado que en un Tribual
c) Al no estar frente a abogados, las partes que se conocen previamente, tienden a conversar, a dejar de lado los conflictos y buscar la mejor solución en el interés superior de los hijos.
d) Sobre todo, quienes llegan al acuerdo son las partes, ellos son quienes logran -conversando- arribar al mejor acuerdo posible, y que va en directo beneficio de los hijos o de ellos mismos.